El óptimo estado de los sistemas HVACR depende de su cuidado y limpieza constante. Por esto es importante contar con una rutina de mantenimiento que los ayude a ser más eficientes. Existen dos tipos de mantenimiento: preventivo y correctivo. El primero se refiere a aquellos procesos que se realizan a un equipo para conservar su buen funcionamiento −limpieza, lubricación, pintura, etcétera−. El segundo se aplica para solucionar deterioros en los sistemas, por tanto, hay que seguir el protocolo de mantenimiento adecuado al producto.
Para que toda la superficie de las aletas entre en contacto con el aire y se dé un mejor y más rápido flujo de energía, a través de éstas, es necesario:
El resultado de estas acciones se reflejará en el hecho de que la temperatura deseada se alcanzará en menor tiempo, por ende, todos los componentes que hacen posible la transferencia de calor se desgastarán menos y alargarán la vida útil de los equipos. Esto también influirá en un ahorro eléctrico o de diésel, dependiendo del tipo de aparato.
En sistemas pequeños parecería que se facilita el trabajo de revisión, pero tanto en unidades de menor tamaño como en grandes equipos es necesario mantenerlo junto con la limpieza constante, a lo largo de toda la tubería y en los componentes. Cada elemento cumple con una función, por ejemplo, en caso de fuga en el sistema, sería más fácil detectarla si el sistema se conserva en buenas condiciones de limpieza. Recuerda que si la tubería y los accesorios, incluido el compresor, tienen un buen mantenimiento, será más sencillo detectar problemas y facilitar tu trabajo.
Una excelente práctica es realizar una rutina de revisión en todos los diferentes elementos del equipo, es decir, accesorios, componentes eléctricos, arneses, sensores, así como la observación de parámetros de configuración, etcétera.
Lo anterior es de gran relevancia, pero también lo es la identificación del sistema con el que se trabaja. Recordemos que cada unidad y aplicación es diferente, por lo que funcionarán a distintos parámetros, temperaturas, presiones, condiciones, dependiendo de los elementos. Tener certeza de esto facilita la limpieza y mantenimiento. De igual forma, debes contar con la herramienta y el equipo de protección necesarios para llevarlos a cabo, pues son vitales para el trabajo en campo y demostrar que estás comprometido con la aplicación de las mejores prácticas.